La Justicia Federal dictó la
prisión preventiva para los siete policías acusados de intentar robar cocaína
durante una quema judicial en Colonia Benítez. La audiencia se realizó este
domingo y se extendió por más de seis horas. Los cinco que declararon negaron
los hechos, aunque una explicación insólita llamó la atención: uno de los
acusados dijo que ese día tenía una piedra de yeso en su poder, similar a un
ladrillo de cocaína, debido a que la usa para afilar su cuchilla en su oficio
paralelo de barbero. Los siete quedaron imputados por los delitos de tenencia
de estupefacientes con fines de comercialización agravada por el número de
partícipes y ser funcionarios encargados de perseguir estos delitos, con el
delito de peculado, en concurso real.
Durante la audiencia, declararon
cinco de los imputados, mientras que otros dos optaron por guardar silencio.
Todos negaron los hechos, aunque una de las explicaciones llamó especialmente
la atención del tribunal: uno de los acusados sostuvo que el ladrillo de yeso
encontrado en su poder —similar a un paquete de cocaína— lo utilizaba para
afilar una cuchilla, ya que además de ser policía ejerce el oficio de barbero.
Finalmente, la jueza dictó la
prisión preventiva para los siete efectivos, quienes quedaron imputados por los
delitos de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravada
por el número de partícipes y por tratarse de funcionarios públicos encargados
de perseguir estos delitos, además de peculado, en concurso real.
La audiencia comenzó a las 17 y se
extendió hasta las 23, en el marco de la formalización de la investigación que
impulsa la Justicia Federal de Resistencia bajo el nuevo sistema acusatorio. La
instancia se realizó un domingo debido a que vencía el plazo máximo de 72 horas
de detención previsto por el Código Procesal Penal Federal.
Los imputados, asistidos por sus
defensores, fueron informados de los cargos que se les atribuyen y se evaluó la
legalidad de las detenciones, con intervención de Niremperger como jueza de Garantías.
La acusación estuvo a cargo del fiscal federal Patricio Sabadini, titular del
Área de Investigación y Litigio de Casos Complejos de la Unidad Fiscal de
Resistencia, junto a la fiscal interina Ruth Hilgenberg.
Prestaron declaración el comisario
César Alegre; el oficial principal Lucas Exequiel Martínez; el sargento Gustavo
Jesús Acosta; el cabo Néstor Ariel Urne Canteros; y el cabo primero Juan
Nicolás Almirón Núñez, todos pertenecientes a la Dirección General de Consumos
Problemáticos, ex Drogas Peligrosas. En tanto, el subcomisario Andrés Franco
Ramírez y el cabo Gustavo Andrés Quizama hicieron uso de su derecho a guardar
silencio.
La declaración más llamativa fue
la del cabo Urne Canteros, a quien durante la quema judicial se le halló una
piedra de yeso, empaquetada y sin signos de uso, similar a un ladrillo de
cocaína. Según la investigación, el elemento iba a ser utilizado para camuflar
la droga sustraída, aunque el imputado aseguró que lo llevaba para afilar su
cuchilla de barbero.
La mayoría de los detenidos
permanecerán alojados bajo custodia de la Prefectura Naval Argentina en
Barranqueras, mientras que Ramírez y Quizama continuarán detenidos en
dependencias de Gendarmería Nacional, en Formosa y Las Lomitas.
El hecho
La maniobra fue descubierta el
jueves por la mañana en el Polígono Policial de Colonia Benítez, durante una
quema judicial de tres toneladas de marihuana y unos 80 kilos de cocaína. En
ese contexto, funcionarios de la Justicia Federal advirtieron irregularidades
en el proceso de destrucción de los estupefacientes: se estaba incinerando
menos droga de la consignada.
Según la investigación, un grupo
de policías que participaba del operativo intentó sustraer parte de la cocaína,
ocultándola en mochilas y en la caja de un patrullero. En el lugar fueron
arrestados siete efectivos del Departamento de Consumos Problemáticos, quienes
quedaron inmediatamente a disposición de la Justicia Federal. Se estima que
intentaron llevarse unos 9 kilos de cocaína, valuados en aproximadamente 225 millones
de pesos.
El escándalo se agrava al
considerar que en el operativo estaban presentes el ministro de Seguridad, Hugo
Matkovich; el jefe de la Policía del Chaco, Fernando Romero; el juez Mianovich;
y medios de comunicación que registraban el procedimiento. Es decir, la
maniobra se habría intentado a plena luz del día, frente a autoridades
judiciales y provinciales y ante las cámaras. De no haber sido por la
intervención de los secretarios del Juzgado Federal N.º 2, el robo se habría
consumado sin obstáculos.
Fuente: Revista Litigio




